Adorno

Adorno no es una publicación para quien hojea estos libros de manera casual. Es una colección privada, una conversación a susurros entre el artista y el observador. Este hermoso libro encuadernado en tela no ofrece pista alguna sobre lo que guarda en su interior, exigiendo un acto de fe por parte de su audiencia — una apuesta que recompensa a los curiosos con una poesía visual que sólo la película fotográfica es capaz de capturar.

A diferencia de su hermano trimestral PSM, Adorno llega sin prisas ni previo aviso. Su número inaugural, impreso exclusivamente en blanco y negro, marcó el tono; si bien futuras ediciones se atreverán a abrazar el color, celebrando los destellos y fugas de luz que dan alma a la fotografía analógica.

Cada una de las doce editoriales, meticulosamente seleccionadas, desvela una narrativa visual única: más íntima, más audaz que la fotografía de moda convencional, pero ejecutada con una integridad artística que trasciende lo ordinario y predecible.

En un mundo obsesionado con la gratificación digital instantánea, Adorno es una rebelión silenciosa. Un recordatorio de que aún hay cosas por las que merece la pena esperar.